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Identificación, biología y daños

Identificación

Las hembras adultas tienen un cuerpo ovalado y marcadamente abombado (3-7 mm. de largo) con varias placas céreas y blanquecinas que recubren su cuerpo. Se asemejan a un caparazón de tortuga blanco. Al levantar la hembra podemos observar su cuerpo rojizo y los huevos recién puestos.

Las ninfas también producen cera filamentosa pero ésta se queda adherida al cuerpo en forma triangular, dándoles un aspecto de estrella (Fig. 1). Las ninfas de segundo y tercer estadio presentan tres secreciones céreas laterales simples (Fig. 2). Este detalle sirve para diferenciarla de la caparreta blanca de Florida en el campo, ya que en ésta la tercera secreción cérea lateral es doble, formando dos triángulos contiguos.

Ninfa joven de caparreta blanca

Fig.1. Ninfa joven de caparreta blanca

Ninfa de caparreta blanca

Fig.2. Ninfa de caparreta blanca

Síntomas y daños

Los daños son debidos, como en el caso de la caparreta negra, a la melaza secretada.

Biología

La caparreta blanca pone los huevos bajo su cuerpo (desde 500 hasta 5000). Durante su desarrollo muda tres veces, pasando por tres estadios ninfales antes de alcanzar el estado adulto.

Las ninfas tienden a fijarse en las hojas, junto a los nervios, en menor medida también se fijan en brotes tiernos y ramas. Una vez fijadas permanecen allí hasta que vuelven a migrar a las ramas. En las ramas se desarrollan hasta llegar a adultas. Cuando mueren se reconocen porque al tocarlas caen fácilmente.

Presenta una sola generación por año y la eclosión de los huevos se produce en septiembre. Durante otoño e invierno se observa las ninfas en forma de estrella. Este aspecto se mantiene hasta verano, cuando aumenta de tamaño y alcanza el estado adulto.

Variedades atacadas

Todas las variedades son sensibles.