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Métodos de control

Control cultural

La presencia de una cubierta vegetal favorece el establecimiento de los roedores. Por esta razón, en zonas problemáticas se recomienda mantener limpios los márgenes de las parcelas, y en caso de utilizar cubiertas vegetales en el cultivo, es recomendable que éstas sólo estén presentes en las calles y no bajo los árboles. Tampoco es recomendable el uso de acolchados bajo los árboles.

En plantaciones jóvenes donde los roedores sean un problema continuo, los plantones pueden protegerse con mallas de alambre grueso de una luz de 1 cm aproximadamente. Estas mallas deben enterrarse hasta una profundidad de al menos 15 cm rodeando al tronco. El perímetro de la malla ha de ser suficiente para permitir el crecimiento del plantón durante varios años.

Control químico

En caso de infestaciones elevadas que causen pérdidas económicas evidentes se recomienda la utilización de cebos con raticidas. Éstos pueden ser cebos de una dosis (con una ingesta el animal morirá) o de múltiples dosis (generalmente anticoagulantes de acción lenta que necesitan de varias ingestas para ser efectivos). Los cebos de múltiples dosis son menos peligrosos para el resto de la fauna pero se necesitan más y con mayor persistencia para que su acción sea efectiva. La liberación previa de cebos sin el raticida suele incrementar la eficiencia del posterior tratamiento.

Los cebos deberán ser depositados en la entrada de las madrigueras, lugares de tránsito y alrededor de los troncos de los árboles. Una vez finalizado el tratamiento debe realizarse un seguimiento exhaustivo de las poblaciones en la parcela para prevenir reinfestaciones. En caso de que aparezca un repunte de las poblaciones de roedores se realizará un segundo tratamiento con cebos.