Jerarquización de las plagas
En comparación con otros cultivos agrícolas, el caqui se caracteriza por ser un ecosistema en el que, en los últimos años, se esta incrementando tanto la presencia de fitófagos como la de enemigos naturales. En este agroecosistema los fitófagos que parecen revestir mayor importancia son especies de cotonets y de barrenetas, puesto que al final del cultivo están generando un mayor destrío. También cabe destacar la presencia de trips, de ácaros, de pulgones y otros grupos de fitófagos que a día de hoy parecen tener una importancia menor. Respecto a los enemigos naturales es reseñable la presencia de diversas especies de ácaros fitoseidos que pueden representar una buena acción de control natural de algunos de los fitófagos del cultivo.
Debe reseñarse que en el año 2015 se ha detectado la presencia, en algunas zonas productoras de caqui, de diversas especies de moscas blancas que podrían constituir un problema puesto que facilitan el desarrollo de hongos (tipo negrilla) a expensas de la melaza que producen sus estadios ninfales. Esta negrilla recubre el fruto y puede producir una depreciación comercial importante. Otro insecto que ha aparecido recientemente es el coleóptero bostríquido, Apate monachus, que produce perforaciones en ramas y tronco del árbol. La importancia real de estos fitófagos habrá que determinarla en sucesivas campañas.
No obstante, como el seguimiento de plagas en este cultivo se viene realizando desde hace relativamente poco tiempo, cabe esperar que la importancia de la plagas existentes en este momento pueda ir variando a lo largo de las sucesivas campañas, ya sea por la adaptación del conjunto de los enemigos naturales, como por la posible colonización de plagas de otros cultivos hacia éste.
En la siguiente gráfica se muestra la distribución relativa de fitíófagos encontrados en el cultivo del caqui.